Los pasteles de carne de Willy Factory son tan ofensivos para los murcianos como los chistes

Entre las millones de tiendas de empanadas que proliferan por Madrid, a un ritmo superior del que nos podemos permitir, existe una pequeña tienda llamada Willy Factory, en la calle Princesa 51, que les hace la competencia con un concepto mucho más sorprendente que el de este manjar argentino, pero con una procedencia bastante menos glamurosa: los clásicos pasteles de carne murcianos, reinventados con diferentes rellenos que harían saltar al río Segura al murciano más tradicional y conservador. Es decir, el 86’4% de su población local.

Si Murcia se quedó en su momento con los chistes de Lepe, ahora Lepe se podría quedar con los pasteles de Willy.

Willy, la fábrica del hojaldre, nace con la intención de recuperar una tradición que, que nosotros sepamos, no se ha perdido, y lo hace con un nombre y un símbolo de un oso de color marrón que nos transporta, de forma desafortunada, más al universo de Willy Wonka y su fábrica de chocolate que al de la huerta murciana. Salvo que lo hayan hecho porque el relleno de los pasteles sea carne de umpa lumpa, claro.

Con la idea de probar todos y cada uno de los sabores, llegamos a un local con el espacio tan mal distribuido que imaginamos que antes de la pandemia debería tener mesas alrededor de sus molestas columnas, para comer allí. Después de preguntar por las variedades, nos encontramos con que la mitad de los pasteles ya no estaban disponibles. Entre los que faltaban, nos llamaban mucho la atención los de pescado. Aunque, que estén ya descatalogados nos da una pequeña pista de cómo debían ser.

Así que os ofreceremos nuestra opinión sobre los 5 mini pasteles que probamos, empezando por el clásico murciano, también disponible en formato XL, relleno de ternera picada, huevo y chorizo que, aunque no nos entusiasmó, nos pareció aceptable. Eso sí, pocos placeres hay en esta vida como atravesar con tus dientes las crujientes capas de fino hojaldre de un pastel de carne, y los de Willy no iban a ser menos.

Otro de los sabores que no puede faltar, si le dedicas menos de 10 minutos en pensar tu oferta gastronómica, es el jamón y queso, llamado napolitano. Contiene en su interior el mismo jamón y queso de gama baja de ElPozo que usa Mercadona para sus pizzas de 1€ de la sección de bollería.

El Duxelle fue el que más nos arrepentimos de abrir para fotografiar el relleno, ya que fue el que peor aspecto tenía de todos y el que menos se parecía a la fotografía del menú. Pero como no podemos juzgar las cosas por su aspecto os afirmamos que su sabor a morcilla vegana de cebolla con setas que, aunque no fue el que peor nos pareció, tampoco nos entusiasmó.

Probablemente, el que más nos convenció fue el de ave, relleno de pollo, bacon y cebolla caramelizada que, sin llegar a gustarnos como el original, nos convenció un poquito su sabor con la textura del hojaldre crujiente. Eso sí, seguimos sin recomendarlo.

Y, por último, probamos uno de los más vendidos de Willy. El pastel que nos recomendaron en el propio local y por el que tienes que pagar un extra: el oporto. Un relleno de solomillo ibérico y salsa de oporto, que te tienes que creer cuando destapas la parte superior para hacer la foto y ves que únicamente predomina la misma salsa que acabará manchándote el pantalón.

Aún habiéndose convertido Murcia en el nuevo Lepe, siendo el hazmerreír de todos los cómicos y humoristas del país, probablemente ninguno de esos chistes les pueda ofender tanto como que reinventen uno de sus productos estrella con rellenos mediocres. Y eso que al pastel de carne murciano original si le quitas el relleno, y solo te comes la masa, mejora.

Precio aproximado: 3€ / pastel